El lloro de la viña: las lágrimas brotan de la vid llorando de alegría

Seguro que alguna vez has oído hablar que las viñas lloran. No es un signo de tristeza, sino de alegría. Hoy vamos a decirte el por qué.

En marzo las temperaturas comienzan a subir y los viñedos despiertan de su largo letargo invernal.

Las plantas comienzan a tener actividad y la savia empieza a subir por los vasos, cargada con infinidad de nutrientes. Cuando encuentra el final llegará a la herida de poda y saldrá al exterior.

Lo hace en forma de lágrima, por eso se dice que llora la vid. En algunos casos adquiere un tono rojizo, por lo que también se conoce como el “lloro sangrante”.

El lloro de la vid puede prolongarse aproximadamente una semana, y la cantidad depende, principalmente, de dos factores: del grosor del corte de la poda, y de cuándo se haya realizado la misma. Cuanto más tarde más llora. También, influye la climatología y el vigor del viñedo.

El lloro termina cuando los cortes de poda se recubren.

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